6.24.2010

El Contrabajo, Patrick Süskind. Parte I


'El Contrabajo' es una obra corta del escritor Patrick Süskind (autor de 'El Perfume'). Es una obra bastante recomendable y una que se lee en un suspiro. En esta pequeña obra Süskind nos sorprende con su humor negro y con hermosas pinceladas de descripción sonora, de la misma manera que en 'El Perfume' nos inunda con los más distintos aromas. En la obra, el contrabajo se convierte en analogía de los temás más diversos, desde el tedio que puede surgir en las relaciones amorosas hasta el peso de la vida misma.
A continuación un par de fragmentos:

"…no conozco a ningún colega que empezara a tocar el contrabajo voluntariamente. Y en cierto modo, no es de extrañar. Se trata de un instrumento muy poco manejable. En realidad, yo diría que el contrabajo es más un estorbo que un instrumento. No se puede acarrear, hay que arrastrarlo y, si se cae al suelo, se rompe. En el coche sólo cabe si se saca el asiento de la derecha, y entonces llena prácticamente el vehículo. En casa se lo encuentra uno por todas partes. Ocupa más sitio que... que un trasto inútil, ¿sabe? No es como un piano. Un piano es un mueble. Un piano se puede cerrar y dejar donde está. El contrabajo no. Está siempre en medio como... Tuve un tío que siempre se encontraba enfermo y siempre se quejaba de que nadie le hacía caso. Así es el contrabajo. Cuando vienen invitados, ocupa inmediatamente el primer término. Nadie habla de otra cosa que de él."

"Me siento sólo muy a menudo, ¿sabe? Estoy casi siempre sólo en casa, cuando no hay representación; pongo un par de discos y ensayo de vez en cuando, pero sin ilusión, siempre es lo mismo…. Normalmente ensayamos de diez a una y trabajamos de siete a diez. El resto del tiempo lo paso en casa, en mi habitación acústica. Bebo varias cervezas para compensar la pérdida de líquido. Y muchas veces lo coloco en el sillón de mimbre que tengo delante, lo apoyo, dejo el arco a su lado, me siento en la butaca y lo contemplo. Y entonces pienso: ¡Qué horrible instrumento! ¡Se lo ruego, mírelo! Mírelo bien. Parece una mujer vieja y gorda. Tiene las caderas demasiado anchas y la cintura desastrosa, excesivamente alta y poco estrecha, y luego la parte de los hombros, caída y raquítica... es para volverse loco."

"...usted tener en cuenta que una orquesta es y debe ser una formación estrictamente jerarquizada y, como tal, una imagen de la sociedad humana. No de una sociedad humana determinada, sino de la sociedad en general. Sobre todos nosotros planea el DGM, director general de música, a continuación viene el primer violín, detrás de éste el segundo primer violín y después los restantes primeros y segundos violines, violas, cellos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, los instrumentos de metal y, a la cola, el contrabajo. Detrás de nosotros sólo está el timbal, pero esto es en teoría, porque el timbal se sitúa aislado y en un lugar más alto, para que todos puedan verlo. Además, tiene más volumen. Cuando suena el timbal, se oye hasta la última fila y todo el mundo dice: Ah, los timbales. De mí nadie dice: Ah, el contrabajo, porque yo me confundo con la masa."

"…la música es algo humano, que está por encima de la política y de la historia contemporánea. Algo que pertenece a la humanidad en general, diría yo, un elemento constitutivo innato del alma y el espíritu humanos. Siempre habrá música, en Oriente y en Occidente, en Sudáfrica y en Escandinavia, en Brasil y en el archipiélago Gulag. Porque la música es metafísica, ¿comprende?, metafísica, o sea, detrás o más allá de la mera existencia física, más allá del tiempo, la historia y la política y pobres y ricos y la vida y la muerte. La música es... eterna. Goethe dice: «La música está tan alta, que ninguna inteligencia puede superarla y de ella emana un poder que todo lo domina y del que nadie es capaz de dar razón.»"

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